Los hablantes de esperanto comparten lengua, historia, literatura, refranero e instituciones. El esperanto, cuya vocación original era servir de puente entre las culturas nacionales, ha desarrollado con el tiempo una cultura autónoma y una comunidad identificada con los valores que representa.
Los hablantes de esperanto están muy diseminados por todo el mundo. Para difundir la lengua y facilitar los contactos se ha desarrollado una compleja estructura de asociaciones y grupos de distinto nivel, desde clubes locales hasta asociaciones internacionales de diversa índole, aunque muchas personas emplean el esperanto sin afiliarse a una asociación.
La Asociación Universal de Esperanto (Universala Esperanto Asocio, UEA) es la mayor organización internacional para los hablantes de esperanto con miembros en 120 países. UEA trabaja no solamente para difundir el esperanto, sino también para estimular la discusión sobre el problema lingüístico mundial y llamar la atención sobre la necesidad de igualdad entre los idiomas.
La Asociación Mundial Anacional (Sennacieca Asocio Tutmonda, SAT), con ideología propia, que agrupa a trabajadores de todo el mundo.
La Organización Mundial de Jóvenes Esperantistas (Tutmonda Esperantista Junulara Organizo, TEJO), que organiza encuentros juveniles y edita el Pasporta Servo (Servicio de pasaporte), red de hospedaje que actualmente cuenta con más de 1.200 anfitriones en 80 países de todo el mundo.
La Academia de Esperanto (Akademio de Esperanto, AdE), que no es propiamente una asociación, sino una institución cuya misión es “conservar y proteger los principios fundamentales de la lengua y supervisar su evolución”. En 1905 se creó el Comité lingüístico (Lingva Komitato), que en 1948 dio paso a la Akademio, formada por cuarenta y cinco miembros.
El asociacionismo relacionado con la lengua internacional esperanto posee una amplia historia. Poco después de la publicación del Unua Libro los hablantes y partidarios del idioma comenzaron a asociarse, para difundir la lengua, facilitar los contactos entre hablantes, practicar la conversación o solucionar aspectos prácticos de organización de lo que poco a poco fue constituyéndose como el movimiento esperantista. Desde entonces, ese asociacionismo ha continuado cumpliendo funciones similares, y ha ido consolidándose a distintos niveles.
Existen asociaciones de esperanto con niveles geográficos y para funciones muy diferentes. Grupos locales, que reúnen a hablantes de esperanto en una ciudad o comarca, para reunirse y practicar el idioma. Asociaciones a nivel regional o nacional, normalmente para promocionar la lengua y representar a los hablantes ante el público o las autoridades. Asociaciones internacionales, que coordinan a hablantes de diferentes países y lenguas, con objetivos diferentes según su naturaleza. Asociaciones especializadas, que agrupan a esperantistas que comparten unas ideas, religiones, aficiones o intereses. O simples grupos de afinidad, que se juntan para cumplir una función particular o desarrollar una actividad concreta. El mundo del asociacionismo en esperanto es muy variado y plural.
Se suele decir que el primer club de esperanto fue fundado ya en 1888, un año después del nacimiento del propio idioma, en la ciudad alemana de Núremberg. En realidad, el grupo era incluso anterior al propio esperanto, ya que se trataba de un club que promovía el Volapük, un idioma construido anterior al esperanto, que, tras la aparición de este, y bajo la sugerencia de su dirigente Leopold Einstein, decidió abandonar el volapuk y centrarse en la promoción del esperanto. A este club de hecho se debe la publicación de la primera revista en la nueva lengua “La Esperantisto”, de importancia capital en la difusión y desarrollo de la nueva lengua.
En los sucesivos años se irían formando nuevos grupos esperantistas en diversas ciudades, por ejemplo en 1889 en Moscú y Sofía. El primero en España fue el de Málaga, fundado en 1892 por el pionero José Rodríguez Huertas. Duró pocos años, ante el abandono de éste del esperanto. Ese fue el destino también de otros grupos pioneros, pero algunos de ellos mantuvieron su actividad con el tiempo. Esa provisionalidad es una característica normal de los grupos más pequeños, aun hoy, que dependen en ocasiones del activismo de un grupo reducido de personas.
Poco a poco se fueron fundando asociaciones a niveles más amplios, conforme los hablantes iban relacionándose entre sí y el idioma era más conocido.
En 1898 se fundó la Société pour la Propagation de l’Espéranto (SPPE), con carácter en teoría internacional pero que actuaba principalmente en Francia, que en 1903 cambió su nombre a Société Française pour la Propagation de l’Espéranto, y que sirvió de modelo para la organización de otras sociedades nacionales. Así, en ese mismo año 1903 se fundó la Sociedad Española para la Propaganda del Esperanto, la primera asociación a nivel estatal, presidida por el ingeniero de montes murciano Ricardo Codorníu y Stárico.
Las asociaciones estatales comenzaron a coordinarse durante esa primera década del siglo XX, y hubo ya en el primer congreso internacional de esperanto en 1905 intentos de crear una estructura común internacional, pero los resultados no fueron estables durante muchos años.
En 1908 se creó en Suiza la Asociación Universal de Esperanto (Universala Esperanto-Asocio, UEA), bajo el impulso de los jóvenes Hector Hodler y Edmond Privat. El concepto inicial era diferente al recién mencionado, ya que se trataba de agrupar a esperantistas independientemente de la nacionalidad. UEA creó un sistema de “delegados” en cada ciudad, que servían para coordinar actividades, servir de representación, y para prestar ayuda entre los miembros y otros esperantistas.
La relación entre UEA y la coordinación de las asociaciones nacionales fue inestable durante los años siguientes, y se procuró organizar alguna forma de coordinación. Tras la Segunda Guerra Mundial, se produjo una fusión entre ambos tipos de organización y Universala Esperanto-Asocio adoptó una estructura mixta, agrupando a la mayoría de las asociaciones nacionales y a la vez permitiendo la afiliación individual de esperantistas. A día de hoy continúa siendo la mayor asociación internacional de esperantistas, con alrededor de 4500 miembros individuales en unos 120 países, aparte de los miembros colectivos.
A comienzos del siglo XX los hablantes de esperanto comenzaron también a organizarse en función de sus ideas, intereses o aficiones, en clubes y organizaciones especializadas. En este caso, el objetivo era múltiple: colaborar en difusión de esas ideas o aficiones dentro del mundo esperantista, promover el esperanto en los círculos organizados en la sociedad en general, o, simplemente, compartir espacios de sociabilización.
Así, por ejemplo, pronto se crearon asociaciones esperantistas de carácter religioso. En 1902 el sacerdote francés Émile Peltier fundó la asociación “Espero katolika”, que a partir del siguiente año editó la revista del mismo nombre, que actualmente es la más antigua de las publicadas de forma continua en esperanto. A partir de ese grupo, en 1910 se fundó la Internacia Katolika Unuiĝo Esperantista (IKUE), que fue reconocido por las autoridades de la Iglesia católica y continúa funcionando en la actualidad.
Otras asociaciones esperantistas agrupan a los cristianos evangélicos (Kristana Esperantista Ligo Internacia, KELI, desde 1911), cuáqueros, cristianos ortodoxos, islámicos, bahaís, espiritistas, etc.
También existen asociaciones que agrupan a esperantistas por sus ideas políticas. La más importante, sin ninguna duda, por su historia y su actividad política y cultural, es Sennacieca Asocio Tutmonda (SAT), la asociación que agrupa al movimiento obrero esperantista. Fue fundada en 1921, y agrupa a esperantistas de ideas políticas distintas, pero comprometidos con la lucha de los trabajadores. Históricamente ha tenido en sus filas a socialistas, comunistas, anarquistas o trabajadores con otras ideas, no siempre en armonía entre ellos.
El nombre Sennacieca Asocio Tutmonda quiere decir Asociación Mundial Anacional, y hace referencia a que no utiliza los estados o naciones como base de su organización. Algunos de sus miembros, entre ellos su dirigente más importante durante los primeros años, Eugène Lanti, promocionaron además el denominado sennaciismo (anacionalismo), que buscaba la eliminación de las naciones como elemento definitorio de la vida política. SAT es conocida también por su amplia labor cultural, entre otras mediante la publicación del Plena Ilustrita Vortaro, el diccionario más completo del esperanto, considerado a menudo como referencia de la lengua.
Existen otras asociaciones obreristas o de izquierdas, algunas de ellas de ámbito nacional o supranacional, asociadas a SAT, como SAT-en-Hispanio, que opera a nivel español y en otros países hispanohablantes.
Existen también asociaciones de carácter profesional, de acuerdo con la ocupación de sus afiliados. Por ejemplo, es muy activa la asociación internacional de ferroviarios (Internacia Fervojista Esperanto-Federacio, IFEF).
Puede mencionarse también la Internacia Scienca Asocio Esperanta (ISAE), que agrupa a los esperantistas dedicados a labores científicas, o interesados en la ciencia, cuyo objetivo principal es promover la publicación de obras científicas en esperanto. Dentro del mismo campo existen asociaciones más especializadas, como las de médicos o matemáticos.
También son activas las asociaciones de profesionales del derecho (Esperanta Jura Asocio) o del periodismo (Tutmonda Esperantista Ĵurnalista Asocio).
Otra activa asociación es la Internacia Ligo de Esperantistaj Instruistoj (ILEI), que agrupa tanto a los profesores hablantes de esperanto como a los profesores de la lengua esperanto. Entre otras funciones proporciona orientaciones y materiales a las personas que desean enseñar el idioma, y promociona la enseñanza del mismo. Todos los años celebra un congreso propio, que en el 2018 tuvo lugar en Madrid.
Otro tipo de asociaciones agrupan a los esperantistas de acuerdo con sus circunstancias personales.
Podemos citar específicamente las asociaciones juveniles. A nivel internacional existe la Tutmonda Esperantista Junulara Organizo (TEJO), fundada tras la Segunda Guerra Mundial, muy ligada a UEA. TEJO desarrolla actividades entre los jóvenes, entre los cuales debe mencionarse el Congreso Internacional Juvenil (Internacia Junulara Kongreso, IJK)
Gran importancia tiene también la Ligo Internacia de Blindaj Esperantistoj (LIBE), que agrupa a los esperantistas ciegos. Fundada en 1950, pero con antecedentes históricos anteriores, difunde la lengua entre los ciegos, y produce material en Braille o dispositivos sonoros, o en general proporciona servicios necesarios para ese colectivo.
Otras asociaciones se organizan alrededor de aficiones u opciones de vida. Sin ánimo de exhaustividad, pueden citarse las asociaciones de escultistas, filatélicos, escritores, naturistas, vegetarianos, radioaficionados, y muchas otras. Algunas están muy consolidadas y se reúnen periódicamente y desarrollan actividad constante, a veces con boletines de información que ligan a los miembros. Otras han pasado por periodos de menor actividad, de acuerdo con el grado de actividad de sus miembros y dirigentes.
Para finalizar, podemos mencionar el caso de las organizaciones esperantistas en España. Ya se ha mencionado la primera asociación estatal, la Sociedad Española para la Propaganda del Esperanto (Hispana Societo por la Propagando de Esperanto), que desapareció en la década de 1910. Tras el final de la guerra civil, se creó la Asociación Española de Esperanto (Hispana Esperanto-Asocio) y durante varios años fue activa también una Confederación Esperantista Española, así como numerosos círculos y asociaciones locales, regionales, políticas, etc.
Las asociaciones dejaron de funcionar en su mayor parte tras la Guerra Civil, pero en 1947 se fundó la Federación Española de Esperanto (Hispana Esperanto-Federacio, HEF).
HEF continúa funcionando en la actualidad, y es la asociación de referencia del movimiento esperantista en general a nivel del Estado Español. Se define como una asociación no gubernamental, sin ánimo de lucro, cuyo objetivo es el uso y la difusión del idioma internacional esperanto y su cultura, cuya actividad, tal como se expresa en sus estatutos, está encaminada al desarrollo de dicha finalidad, como es la edición de libros y publicaciones, celebración de congresos y seminarios, organización de cursos de esperanto, etc. La Asociación también realiza tareas de difusión a nivel internacional de la cultura hispánica en sus diversas manifestaciones e intercambios culturales, siempre por medio del esperanto. Dispone de una sección juvenil, Hispana Esperantista Junulara Societo (HEJS).
Existen además otros grupos que operan a distintos niveles, desde el local, regional, especializado, etc.
El asociacionismo en el mundo del esperanto, como se ve, es muy activo y diverso. La mayoría de los grupos y asociaciones están compuestas por voluntarios, lo que causa que en ocasiones sean inestables y dependan de la voluntad y disponibilidad de los afiliados. En los últimos años, con el avance en los medios de comunicación en red, las redes sociales, etc. se está viendo una mutación en el panorama organizativo. Es más fácil mantener el contacto con personas que se encuentran lejos, por lo que las asociaciones internacionales pueden funcionar con mayor facilidad, mientras que los grupos locales han perdido gran parte de su razón de ser como lugares donde puede practicarse el idioma y conseguir una sociabilización en esperanto. Por otra parte, la red favorece los contactos puntuales, menos formales, por lo que muchas asociaciones tradicionales han debido cambiar parte de su forma de actuar. Por otro lado, también es posible el asociarse para proyectos concretos, sin necesidad de consolidar la estructura organizativa. A la vez, las asociaciones continúan teniendo un papel en la representación de la comunidad esperantista y en la difusión y enseñanza de la lengua.
Para saber más: La categoría Esperanto-asocioj de la Wikipedia en esperanto https://eo.wikipedia.org/wiki/Kategorio:Esperanto-asocioj contiene información sobre numerosas asociaciones y grupos esperantistas.